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jueves, 1 de julio de 2010

Son mas que un club... un puti-club!!!

Divertida historia que nos descubre el poco coeficiente mental de los "otros", cosa que ya teníamos clara.

"El último partido de Joan Laporca como presidente del far$a, el far$a-Valladolid en que se conquistó el último campeonato de Liga, tuvo un curioso epílogo. Y es que, una vez terminó el encuentro, desde el departamento de prensa del club se informó a los medios de comunicación que la plantilla había tenido un bonito detalle con el presidente: que todos los jugadores le habían regalado la camiseta con la que se había disputado aquel encuentro. Hasta ahí, todo normal. El presidente se iba y lo normal era tener un recuerdo para él.
Sin embargo, la intrahistoria es otra mucho más divertida. El caso es que un ejecutivo de mucho peso fue el que tuvo la idea de quedar bien con el presidente y se responsabilizó de recoger las camisetas tras el partido. Pero, cosas de la emoción, una vez pitó el árbitro el final del encuentro hubo varios jugadores que cambiaron la camiseta con el rival, otros la lanzaron a la grada como agradecimiento a los aficionados y otros, sencillamente, prefirieron quedársela ellos para algún familiar o amigo, o para su particular museo porque no todos los días se gana una Liga. El caso es que, entre unas cosas y otras, faltaban camisetas para el presidente y empezaron los nervios, sobre todo del ejecutivo que se tenía que encargar de recogerlas y hacer la entrega.
En ese momento, a alguien se le encendió la bombilla y activó el Plan B. Un Plan B que tuvo tintes surrealistas y que provocó que más de uno en el vestuario riese hasta no poder más. El caso es que ante la ausencia de camisetas verdaderas se decidió improvisar con unas falsas. Es decir, que se cogieron zamarras nuevas, sin estrenar, y hubo que hacer que pareciesen camisetas usadas en un partido de fútbol de Primera División. Y ahí empezó el cachondeo: en una de las salas que hay en la zona de vestuarios, varios integrantes de la caseta babaugrana empezaron a tirar camisetas al suelo, a echarles agua, a arrugarlas con todas sus fuerzas, a pisarlas, a retorcerlas, a estirarlas... Todo con tal de que pareciesen salidas de una batalla futbolística de primer nivel y no del cuarto de los utilleros. Lo mejor fue el buen rato que pasaron los que participaron en la refriega con las camisetas. La situación era cómica y se lo tomaron con mucha guasa, y más al ver la cara de algunos compañeros de vestuario que pasaban por allí y no entendían nada de lo que estaba pasando.

Cuando las camisetas estuvieron suficientemente baqueteadas como para parecer 'verdaderas', se metieron en una bolsa y se llevaron a la zona noble del Camp Nou para que las recibiese Laporca. En ese momento, se difundió la noticia y todo el mundo valoró el bello gesto de los futbolistas del far$a. No era para menos. Pero los que le pegaron la paliza a las camisetas aún se ríen. Por eso, si alguien que conoce presume de tener la camiseta de un crack del far$a de aquel partido del Valladolid, no descarte que sea cierto. Porque las buenas no se las llevó Jan."



¿Ha de ser divertido destrozar la mierda de camiseta esa de la unicef, no??