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lunes, 21 de junio de 2010

¿Qué tipo de Español queremos?

Reproducimos hoy un interesante articulo del catedrático en economía y gran españolista José María Gay, donde analiza la situación económica del RCD ESPAÑOL.
"Al contemplar un balance siempre hay maneras de ver los números. Al cierre de la última temporada, los activos totales del Español sumaban 181,9 millones de euros, la deuda ascendía a 165,2 millones y el patrimonio neto o financiación propia era de 16,7 millones. Concretemos más: el activo fijo se situaba en 137,6 millones de euros mientras el activo circulante se cifraba en 44,3 millones. Por el lado del pasivo, la deuda a largo plazo era de 96,6 millones de euros y la de corto plazo 68,6 millones.Esta síntesis sobre el balance corresponde a una lectura fría de sus partidas. El lector comprueba un volumen alto de endeudamiento, unos activos un tanto portentosos y, acaso, tensiones en el corto plazo que, en un escenario de crisis como el actual, se complican todavía más. Cierto. Hagamos otra interpretación. El Español es el único club que ha puesto en marcha un flamante estadio en tiempos difíciles, cuyo coste ronda los 82 millones de euros. De no haberse hecho esta inversión, el activo se reduciría en esa suma y, lógicamente, del pasivo desaparecería otro tanto. El patrimonio del Español sería más modesto pero no se dispondría de un estandarte que, además de símbolo para la causa perica, está destinado a ser, siempre que se sepa mimar “comme il faut” al socio y también al accionista, un potente motor económico. Desde luego que Londres no es Cornellà ni Munich, El Prat. El gran salto cualitativo que da en su gestión el Arsenal viene a raíz de la inauguración del Emirates Stadium. El despegue en las cifras de facturación, tanto en la faceta de explotación del estadio como sobre todo en la vertiente comercial en el Bayern de Munich coincide con su consolidación como dueño y señor del Allianz Arena.Salvando todas las diferencias, el Español, rehén permanente de sus complejos e impregnado por su genuina épica, tiene que mirar hacia esos grandes clubes que un día no muy lejano, como el Arsenal, eran modestas entidades de barrio. ¿De Sarrià a Highbury? La energía del nuevo estadio de Cornellà-El Prat juega a favor para impulsar al Español, mirando hacia otras ciudades europeas: Milán, Manchester, Londres, Liverpool, Glasgow, Roma, Madrid …, donde conviven, cuando menos, dos clubes de talla. Cuadrar los números de la cuenta de resultados es ejercicio ineludible y urgente. Adecuando y potenciando los ingresos, superando la modesta facturación de 41 millones, con proyección ambiciosa y cosmopolita, apuntalando la calidad en la producción futbolística, renunciando a conformismos. Ajustando los gastos, en especial, el coste de personal; apostando sin remilgos por el modelo de cantera, ‘españolizando’ el equipo; dando tiempo a que una propuesta futbolística con corazón perico fragüe; podando el gasto de explotación a la mínima expresión.Durante unos años, la mochila de la deuda comportará un peaje: los gastos financieros. El Español tiene que ser capaz de conseguir superávit de explotación, gastando menos de lo que ingresa, e impepinablemente deberá vender alguna joven promesa para hacer frente a los intereses. Es preciso equilibrar los números para regatear al tenebroso déficit, generando dinero suficiente para devolver el crédito sindicado y liquidar las deudas que, en buena parte, se contraen a causa del gran activo: Cornellá-El Prat. Cierto. Londres no es Cornellà ni Múnich tampoco El Prat. Pero reconvertir la fuerza de un sentimiento constituye un reto crucial para hacer del Español un club con vitola internacional. Porque el mañana del gran fútbol no está hecho para las ordinarias medianías … Ser o no ser."